jueves, 5 de enero de 2012

Poema "Dejad que hable la lluvia"


DEJAD QUE HABLE LA LLUVIA
Todas las mañanas son plomo de rutina
es más, todas mis mañanas nacen muertas
entre el soplo de los abanicos soñados
y una sinfonía monocorde de mil tubos de escape
que me devuelve al mundo real
mientras veo hacerse humo los esquejes 
de inconsciencia y de locura
que planté por la noche.
Las miradas inocentes,
las primeras del día
desde su cárcel de antenas y pararrayos
quieren volver a la oscuridad
gritando lágrimas: ¡A la oscuridad!
con los animales mitológicos,
con las supersticiones,
con las cajitas de música de nuestra infancia imaginaria;
pero ese es un jardín nocturno (cierra al salir el sol)
y sólo me queda el consuelo de ver
el cielo enmarcado por las ventanillas de los automóviles
y del agua que vendrá 
en un bautizo profano a despertarnos.
Ya lo dijeron en otro tiempo los caminantes de los tejados
aquellos que apuñalaban nubes:
¡Dejad que hable la lluvia!


Busco por los rincones
La brisa que no encuentro ahí fuera,
La que haría ondear banderas blancas
Si no fueran balas lo que oímos silbar,
En la que se mecerían las libélulas
Si no fuera paranoia lo que flota en el aire.
¡Ay! La Geometría
mi último refugio.
Desde que olvidé mis sueños amnióticos,
Cuando nadaba dormido en las entrañas de mi madre,
Sólo veo ángulos rectos 
y en el espejo, a Sísifo en el siglo XX.
Los días son quemaduras
Y las noches museos arqueológicos
Esperando la tormenta
La purificación
El renacer.
Ya lo dijeron en otro tiempo
Los orfebres ciegos que tallaban el becerro dorado:
Subid el volumen de los sentimientos
Hasta que sean inaudibles las razones
y...¡Dejad que hable la lluvia !
-Dejad que hable la lluvia -,
ahora lo digo yo.


© J.I. LAPIDO



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